Esta es tu última noticia por ver este mes

Otoño en EL COMERCIO on+ | Suscríbete 3 meses por 3€/mes (después 6,95€/mes)

¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión

Te quedan noticias por ver en este mes

Te queda 1 noticia por ver en este mes

Otoño en EL COMERCIO on+ | Suscríbete 3 meses por 3€/mes (después 6,95€/mes)

¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión

Otoño en EL COMERCIO on+ | Suscríbete 3 meses por solo 9€

Una profesional del Laboratorio de Microbiología del HUCA, revisando las muestras que llegan para su análisis.

La primavera ha llegado este año a Asturias cargada de patógenos, que han disparado los procesos víricos por encima de lo que venía siendo habitual. Los epidemiólogos advierten de que este incremento de las infecciones, especialmente las de transmisión aérea, evidencia que «ha bajado la inmunidad de contacto» en la población. O lo que es lo mismo: «La gente es ahora más susceptible de contagiarse y enfermar» por virus con los que siempre ha mantenido una convivencia razonable.

Además de la covid-19, están teniendo una gran incidencia -más de la que cabría esperar por estas fechas- la gripe A, los adenovirus, rinovirus o virus sincitial. De ello dan cuenta los médicos de Atención Primaria, entre los que existe una red 'centinela' que hace un seguimiento más detallado de las infecciones respiratorias que llegan a las consultas de sus centros de salud. Pero también la Universidad de Oviedo, donde epidemiólogos como Pedro Arcos estudian el patrón de comportamiento de las enfermedades que afectan a la salud pública, desde su frecuencia hasta los factores que las determinan.

«No es que haya más virus. Lo que ha cambiado es la susceptibilidad poblacional a la infección», explica. Algo que atribuye a las medidas que hubo que implantar durante la pandemia para frenar la transmisión de la covid-19: «La población lleva mucho tiempo sin entrar en contacto con patógenos que siempre han estado ahí y con los que siempre ha convivido, bien por las restricciones sociales o por el uso de la mascarilla. De tal forma que la gente ha perdido su capacidad de respuesta frente a virus comunes», como los que provocan el resfriado o una rinitis.

Se ha reducido, por tanto, lo que se conoce como «inmunidad por contacto en dosis subclínicas», aquella que, como su propio nombre indica, se adquiere a través del contacto habitual con los virus, aunque sin desarrollar ninguna enfermedad. «Esto es como si una persona acostumbrada a correr 10 kilómetros al día, de repente, deja de hacerlo. Cuando al cabo de un tiempo quiere retomar el deporte, ya no es capaz de correr igual. Tiene que ponerse en forma de nuevo», ejemplifica el director de la Unidad de Investigación en Emergencias y Desastres de la Universidad de Oviedo.

Al covid, en sus múltiples versiones, y el resto de infecciones respiratorias agudas se suman los brotes de fiebre Q y sarna detectados en diferentes lugares de la región. En el caso de la fiebre Q, que puede cursar con neumonía, se trasmite a través de animales domésticos y garrapatas infectadas con una bacteria que se denomina 'Coxiella burnetii'. En cuanto a la sarna o escabiosis, está causada por un ácaro de nombre científico 'Sarcoptes scabiei', que orada la piel generando unos fuertes picores. Prácticamente había desaparecido. Pero hace varios meses que trae de cabeza al servicio de vigilancia epidemiológica, al multiplicarse los casos en los institutos de Educación Secundaria de la región.

«Tanto la fiebre Q como la sarna han aumentado mucho, algo que, según los últimos estudios, podría guardar relación con el cambio climático», expone Pedro Arcos. «Los parásitos artrópodos, como las garrapatas, los ácaros, los piojos o las pulgas, se reproducen mejor en determinadas condiciones de temperatura y humedad relativa», prosigue. Se supone que esas condiciones son ahora más propicias como consecuencia del calentamiento global.

Todo ello coincidiendo con un repunte de la covid-19 marcado por la alta contagiosidad de su variante ómicron, que ha mostrado cinco caras en la región desde que se hizo predominante. De las dos últimas, de nombre BA.4 y BA.5, aparecieron los primeros casos la semana pasada. Para rizar el rizo, ya se están dando casos de 'flurona' -doble infección de covid y gripe- y el Laboratorio de Microbiología del HUCA investiga 14 cepas en las que se aprecian particularidades propias de un nuevo sublinaje de covid.